miércoles, 24 de septiembre de 2008

El sonido nació
para ser escuchado
oído ya, se reafirma.

Su viaje es trascendente,
sobreviven vibraciones
de amantes besos
musicales en la vida.

Inconmensurables
pentagramas son las estrellas,
de latidos se alimenta
el cuerpo sin medida.

Bello de esplendor es
¡Qué geografía!

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