sábado, 13 de diciembre de 2008

I

Hoy se encuentran soles muertos
en el vacío que se llena por llenar.
Las pesadillas liberan canciones,
libros que no se para que sirven
para abrir o cerrar puertas,
vidas que no se para que sirven
para aplacar la comunicación de mil vidas.

Libros que influencian, confunden, manchan,
libros que son gafas, garras y cornisas,
hojas de árboles con letras que enseñan a entender problemas
poemas de hojas verdes que son árboles de sangre.
Sensibles locuras sobre maderas muertas
sensibles vanidades pintando la tarde.

Volúmenes, tomos y capítulos
renglones por donde la existencia corre,
caprichos, nudos atados con nervios
que laten mundos paralelos.
Ficticias sensaciones que abren la belleza
que se vende se regala y se regala
pero se vende. La miseria es el obsequio
con el que viene al mundo.
Esférica beldad flotante de titanio.


II

Inventar las reglas es reinventarse,
crear el juego, su extensión y atmósfera.
La historia tiene terreno en su tablero
que inicia la partida de las posesiones.
Viciada habla la lengua del poder
y yo siendo cultura quedo desterrado
del jardín de las sombras y los espantapájaros.


III

El libro de poemas abre una llave
que no sabe de servir en manos dadivosas
situaciones fugaces sin misterio.
El libro es un agujero galáctico
y el poeta un poema que no es arte.


IV

No me vendas el hermoso cielo
de la virtud.
No me compres el virtuoso azul
de la espesura inexplorada.
El poeta tiene conciencia
de que hablar solo, es misterio
de misterios…el silencio
que desintegra la personalidad.
La razón que acorta la vida
mientras baja la sonda
que come al ser humano.

No hay comentarios: