miércoles, 5 de agosto de 2009

Las palabras que busco
no las encuentro en el diccionario,
o sea, las palabras
eternamente falta de sensaciones.
Las que necesito en algún momento
para explicar certeramente tu indiferencia.
Que fácil es la carne en el delirio
y que difícil quitarse el deseo
de volver a esa misma carne.
Que fácil puede ser olvidar
un cuerpo con otro y otro cuerpo,
y que difícil cuando quedan huellas
imborrables que generan ardor
en los instantes de la soledad.
Cuando se invierte tiempo en pensar
que el gozo disfrutado que vive
en aquel cuerpo que generó
las mismas inversiones de tiempo
que hace estallar deseo ardoroso
para mi corazón, lo disfruta
otro hombre.
A la mujer la disfruta
otro hombre.
La mujer disfruta su momento
hasta que encuentra
las mismas huellas imborrables
en su propio cuerpo
y ahí me busca, me llama, me desea.
Pero el alcohol y la seducción
llevan al placer carnal
y hace a la memoria un mar de olvidos.
y el trabajo consecutivo al cansancio
llevan a recordar el placer que falta.

1 comentario:

Isis dijo...

Bellísimo poema! muy sentido!! te felicito.