viernes, 7 de agosto de 2009

Vació
ante
aquellos
colores
vacíos.
Soy yo
turbado
a la bartola
veloz
sintiéndome
inexpresivo.
Mucho ego
en demasía
se arrastra
por la vida
perdida.
Todos los egos
tiran
el carro
de la
ironía
vencida.
Harto
distraigo
mis ojos
con aquellos
cantos
ebrios
de lucha
como cansados
de los frutos
podridos
del progreso.
Y esa amargura
dulce
bajo el farol
del pensamiento
en el asilo
del cielo
muerto.
Espero enterrarme
en un gualicho
bajo tierra
y que llueva
con el sol
y se humedezcan
mis raíces
de perro
olfateando
semillas dispersas.
Desesperanza
desgano
sedentario
obnubilado
lluvioso
clima
de mi alma
que quiebra
la vida
despacio
poco a poco
y no más
no más
salidas
ni venidas
ni alegrías
ya no están
las entretenidas
risas…
Solo puedo
reírme de mí
con mi locura
oscura
oblicua
de ciénaga
infecta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cuanto te quiero!