martes, 30 de septiembre de 2008

Tendido en el pasto
despues de la noche
con sombras paranoicas
rodando en la cama
que transpira luces
fluorescentes de ciudad.

Me dedico a recorrer
mi cuerpo
partiendo de vacaciones.
Sigo la ruta
de cosquilleos
desde mi nuca
a mis talones
hasta bifurcarse
en mis labios
como un beso de la noche.

El sinsentido vive
en aquella mujer
ojos de selva.
Las extremidades
de los dedos
son como soles
magnéticos de puntos
fogosos.

Bordeamos el espacio
con la cama
sin ser nosotros
para vibrar
en la busqueda
de algo más.

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