REQUIEM

para lucho y una abuela...


El día de hoy despertó
devorando momentos, sucesos,
sueños de instantes transcurriendo
en un paisaje que presenta fractales.

Emprendió el viaje
sagrado por cierto desperdicio,
nublado y ávido
como la vida resumida en segundos.

¿Un ritual para mantener
un equilibrio universal?
¿Qué hace Dios con los muertos?

Las ramas y el pulmón,
la voz del corazón
el viento que acuna
la luz del respiro
se enfría en el hálito.

¡Todo está muerto, todo!
¡Por Dios!
¿Será por Dios?

El cuerpo con su cara pálida
en la cama, sus ojos ataviados
de muerte ni siquiera observando
la honda nada que es la vida
ahora, nada, nada.

Absoluta conclusión
la muerte santa ni repara
en tu nombre o en tu dicha.
Nos aleja hasta nunca
cuando no sufrimos más
nos lleva y nos aleja
aquella flaca mano de hiel.

Ni una lágrima queda,
el santo cuerpo será agua,
será flores y árbol...
Pero antes será un tónico
que embriaga a la madre tierra
y la proyecta
hasta el recóndito flujo de vida.
Energía de arco iris,
colores dan baile
al escarceo de creación
divina.

Hoy llueve en el cielo
sobre muertos que suman años.
Nace algo que es igual a hoy,
una rueda con dos mundos
que vive la oportunidad.