lunes, 26 de enero de 2009

Desde este día
a partir de ahora
prefiero los segundos
a los minutos
y a las horas,
a los días, a los meses
y las lunas
prefiero los segundos
de arena
grano a grano
en el vidrio
curvo
donde
exploto
mi querido lagarto
mi querido mono
mi querido hombre
lento
y siniestro
con trufas
de plata.
Prefiero tu traje
inerte
y tus pechos
cómodos
tragando
el desayuno,
hirviendo
un amanecer,
tragando
estrellas
estúpidas
entumecidos.
Ínfimas células
del reloj
que es televisor
un ordenador
de emociones
placas magnéticas
cintas
magazines
perder información
en segundos
ver la foto
de un amigo
muerto
en segundos
enamorarse
en siglos
de segundos
hechos viento.
Salgo
andando
dando dadaísmo
dandy afectado
tranquilo lijado
de rojo
como un moño
que nada regaló
y tubo su papel
de plata
años atrás.
El oro la plata
el bronce el cobre
el aluminio el níquel
nada fueron ni son para mi.
Años atrás
las columnas
avanzaban
por la avenida
dirigiendo
alzando
la situación
simétrica
social
atlántica
polar
sustancial
emergían
sintiendo
el fresco
segundo.
A partir de hoy
puede ser un latido
aquella señal
que no veo jamás.

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