viernes, 31 de julio de 2009

Un laberinto
de carne y huesos
riñones y alas
sangre seca
y jirones asquerosos.
Ojos de encierro
en la esclavitud
que cocina muertos
bastante decorados
en platos costosos
para unos pocos
podridos hombres.
Electricidad congelada
cerdos trozados
cuchillos afilados
manos lastimadas
ladridos de putas
malas personas
soberbia estúpida
alta sociedad
en ambientes sombríos
de azul metalizado.
El estilo de la risa hace estruendo
mientras un mancebo poderoso
se ríe del dueño enfermo
que juega a trabajar
con la comida y las flores.
Me duele una carcajada que no libera placer.
me duele aquel laberinto.
Mi carne y mis huesos
respetan algo que se fué.

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