lunes, 9 de noviembre de 2009

Nadie nos retiene
soñando el cielo de oro
irrumpiendo la oscuridad.
Nadie quiere alejarse
ni tampoco estar tan cerca.
Nadie hipnotiza a nadie.
La luz es algo que nos alimenta
la oscuridad el reposo solitario.
El espejo reflejado
con sensualidad
con hombría rústica
con miradas de eternidad.
Nadie quiere odiar a nadie
todos buscan amar de alguna forma
gradual como un desafío alerta.

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