miércoles, 11 de noviembre de 2009

Por la mañana
despierta mi cuerpo
y con él la vitalidad
de sentir todavía
los besos del sueño.
Alborotado sigue
todavía el hechizo
del descanso.
Mis piernas
respiran,
mis besos
bambolean
solos
flotando
como nave
en los colores
voy convirtiéndome
en parte
de los sonidos,
las palabras
no dirigidas a mí,
escuchadas,
recordadas
más tarde a modo
de collage.
Por la mañana
pregunto
sin sentido:
a donde irán
hoy en sus vidas
cada persona
que realiza
su existir.
A quien amarán
y extrañarán,
a quien le dirán
algo importante
cambiante
para su sólida base,
recordando chistes
amarguras
y melancolías
como un sol
en las cabezas
enardecidas.
Ensoñando
por las noches
todas nuestras ideas
se hermanan,
no hay certeza
de saberlo
solo amando la acción
de amar la vida.
Y pensar como un secreto
que alguien piensa en ti.

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