jueves, 8 de octubre de 2009

Cuando cae el sol
se abre una ventana roja
en el cielo hundido,
en la hoguera que funde
el metal del futuro.
Cuando desvanecido
el día llega a su fin
los hombres quieren llegar
a desfallecer por fin.
Las vueltas son cada vez más
alrededor de la orbita
mientras la vida
parece repetirse
y encuadrarse
en los códigos
de la costumbre
humanamente vil.
El sol funde un pasado
en el presente vivido
y el futuro añorado.
El sol no tiene tiempo
pero envejezco,
y el viento
no muere
cuando respiro
todo el mundo
que cae en el fuego.
Los hombres
son marionetas
de la ciudad
y las cenizas
del día que pasó.

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