miércoles, 21 de octubre de 2009

Trituro la realidad como un símbolo
que no acompaña la fantasía azul.
La imagen de tu sombra se fusiona
en una noche donde el demonio baila.
La sangre mancha algo más que el suelo
mientras viajo en mi cuerpo de luna.
Cuantos grados de frialdad podemos tomar
surcando el desinterés que generan
las palabras ya dichas tantas veces
a tantas personas con la misma música
de nuestra voz en celo.
Rumiando y despedazando libros enteros
el concreto se convierte en una mentira estúpida
capaz de llevarnos al éxtasis enfermo
de llorar por toda la complejidad
de nuestra vida en vivo.
Amar es una música de reflexión
que se ejecuta de una manera inverosímil,
una psicología de profesión
que lucha con la personalidad de ser libre.
Amar es olvidarse de la cárcel
que genera la ciudad en nuestra mente.

No hay comentarios: